2. El día de los abrazos gratis
Salir de la universidad a las seis de la tarde en Santiago es una lata. A esa hora el metro comienza a apestar, así que la mejor opción -por lo menos para mí- era caminar unas cuantas cuadras. A veces llegaba caminando incluso hasta mi departamento. Era saludable y, además, siempre pasaba algo por el camino.
Un día, llegando a la altura del GAM, una niña se me acercó con un cartel que decía "Abrazos gratis". Y bueno, no recuerdo si ese día me sentía feliz o triste, solo recuerdo que la abracé. Seguí caminando. Afuera del Hotel Crowne Plaza vi a un montón de niñas con cartelitos, gritando. Me acerqué y pregunté "¿Quién se queda aquí?"
Otra vez yo sin saberlo... si es destino.
Una niña de no más de 15 años -en ese momento yo tenía 29 y estaba estudiando un postgrado- me dijo gritando: "¡Los Super Junior! ¡Los Super Junior!". ¿En serio? Me quedé mucho rato afuera del hotel mirando y pensando ¿Y si salen? ¿Y si los veo?
Pero en ese momento seguían siendo solo un grupo de Kpop para mí, como muchos otros. Y como aún no eran especiales seguí mi camino muerta de la risa. Iban a presentar su Super Show 5, era 2013. No estuve en el Movistar Arena para verlos. Seguramente cantaron y bailaron Bonamana, Mr. Simple, It's you...
Insisto, ser ELF solo desde 2016 me deja en desventaja.
¿Habrá sido ese día, el de los abrazos gratis, cuando fueron al cerro Santa Lucía, probaron el mote con huesillo y se escandalizaron con los perros vagos y las parejas de pololos santiaguinos? En los momentos en los que yo estaba afuera del hotel ¿estaban comprando vinos o jugando con la mujer estatua de la Plaza de Armas?. Tal vez, simplemente, solo dormían. Pero eso, en ese momento, no me importaba mucho.
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